
Ventajas
¿Quién no ha dicho alguna vez que le gustaría vivir cerca de los amigos? En la actualidad hay muchas personas mayores de 60 años, tanto hombres como mujeres, que viven solos o en pareja, tienen buena salud y llevan una vida bastante activa aún pudiendo disfrutar de muchas actividades tras trabajar durante muchos años. Una nueva vida se abre ante ellos. Desde hace unos años, como decimos, en España y en Estados Unidos, entre otros países, ha surgido un nuevo sistema de casas colaborativas conocidas como Cohousing.
En estas viviendas individuales se comparten servicios comunes, actividades sociales y recreativas, comedores y, fundamentalmente, disfrutan de la vida con amigos o con sus parejas. Esto surge como consecuencia del crecimiento de la expectativa de vida y, además, ante el elevado índice de personas mayores que viven solas.
En los estilos de vida colaborativos, personas con intereses comunes se unen para compartir o intercambiar bienes materiales o menos tangibles: tiempo, espacios, habilidades, etc. Los estilos de vida colaborativos son la forma más social y ambiental de entender el consumo colaborativo, menos ligada a las motivaciones empresariales y más a las de defensa del entorno y la calidad de vida.
Apartamentos con cocina-salón, dormitorio y terraza, se les une un comedor, jardines, huerto, invernadero, biblioteca, gimnasio, baño terapéutico y multitud de salas para reunirse, pintar, reformar muebles, hacer yoga, pilates o chikung e incluso un espacio reservado ya para cuando empiecen a caer en situaciones de dependencia, con camillas médicas que ahora usan para hacer acupuntura y dar masajes.
No hay jerarquías, y los roles se reparten de forma natural. La economía es privada, y las viviendas cuentan con todos los elementos que aseguran la independencia de los residentes. A pesar de ello, o justamente por este motivo, existen zonas comunes significativas, que se comprenden como extensión de las viviendas cuya administración sigue a cargo del grupo que habita la comunidad.



